En la tarde-noche del Lunes Santo se realiza desde el año 1998 la Procesión de las Cinco Llagas, organizada por la Cofradía de Jesús Crucificado y Nuestra Madre Dolorosa, y que en Palencia recibe el cariñoso nombre de “Los Luises” o “Los Kostkas”, en honor a sus patrones.
La talla de Jesús Crucificado (atribuida a Alejo de Vahía, realizado en madera policromada y de finales del siglo XV) es la absoluta protagonista de todo el desfile. Ésta abandona el atrio de San Francisco, a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores del Padre Nuestro y es escoltada por los miembros de la Policía Local, para encaminarse hacia la Plaza Mayor, donde se sitúa el inicio de la procesión. Mientras tanto, hasta allí se han ido acercando las representaciones de hermanos del resto de Cofradías Penitenciales de la ciudad para participar en la procesión.
En el momento en que el Cristo llega a los pies del Ayuntamiento, tiene lugar uno de los sucesos más curiosos: el Acto de la Vestición. Dos hermanos de cada Cofradía suben la escalinata del Ayuntamiento y se van colocando las distintas partes que componen el hábito: la túnica, el cíngulo, el capirote, la capa, la medalla,… a la vez que un sacerdote va explicando el significado de cada una de las mismas. Tras este sencillo gesto explicativo, y tras una breve oración introductoria al Ejercicio de las Cinco Llagas, se procede al inicio de la procesión.
A lo largo de la misma se realizan diferentes paradas en las que se medita sobre las cinco llagas del cuerpo de Cristo. La primera, en la iglesia penitencial de San Agustín, ante la Virgen de la Piedad. Las dos siguientes, en la Plaza de San Pablo, en la Capilla de Jesús Nazareno y en la Iglesia de San Pablo. Las dos últimas se realizan ya de regreso, siendo la cuarta en la plaza de San Francisco, ante la imponente talla de la Virgen de la Soledad, y la quinta y última ante la imagen de la Virgen Dolorosa, titular de la Cofradía
Recientemente, esta procesión ha añadido a su recorrido el paso por el interior de la catedral, donde la imagen y los hermanos saludan al Santísimo allí expuesto.
En este Lunes Santo, la imagen es portada a hombros en unas sencillas andas metálicas.
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