Situada bajo la imponente Catedral de Palencia la cripta de San Antolín es el único resto existente del primitivo templo visigótico construido en el siglo VII, aunque diversos historiadores creen que pudo ser incluso anterior.

Según el cantar de gesta de las Mocedades de Rodrigo estando de caza por la zona el Rey Sancho III el Mayor, le persiguió un jabalí hasta el lugar que hoy ocupa la cripta y cuando el rey se dispuso a lancear al animal, su brazo quedó paralizado entendiendo así que estaba en lugar sagrado.

Concretamente, en el lugar de enterramiento de San Antolín, un mártir de procedencia galo-visigótica cuyos restos llegaron a Palencia a través del rey Wamba en el año 673.

Según esta leyenda, este fue el motivo por el que Sancho III el Mayor mandó construir la catedral en honor de San Antolín.