Pico Espigüete, la pirámide blanca de la Montaña Palentina

El Espigüete es sin duda alguna la cima más característica de la Montaña Palentina, aunque no la de mayor elevación. Con 2.450 metros de altitud, se erige en el horizonte del embalse de Camporredondo, regalando al visitante una auténtica maravilla para los sentidos. Su característico contorno es una auténtica seña de identidad, con forma de […]

31 de agosto de 2020

El Espigüete es sin duda alguna la cima más característica de la Montaña Palentina, aunque no la de mayor elevación. Con 2.450 metros de altitud, se erige en el horizonte del embalse de Camporredondo, regalando al visitante una auténtica maravilla para los sentidos.

Su característico contorno es una auténtica seña de identidad, con forma de vertiginosa pirámide. Pero no sólo su forma y belleza natural han dado fama al Espigüete, también su dureza y exigencia, que atrae hasta su cima a numerosos deportistas profesionales en busca de riesgo y adrenalina. No en vano, su peligrosidad es tal que ya son más de 20 personas las que han perdido la vida intentando coronar la cima.

Esta gran mole de piedra caliza, situada en el municipio de Cardaño de Abajo, dentro del Parque Natural Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, se puede divisar con facilidad desde grandes distancias ya que se encuentra aislada de cualquier otro pico. Su cara sur presenta suaves relieves, mientras que la norte tiene imponentes paredes verticales. Esto, sumado a las variaciones estacionales, hace que su apariencia y peligrosidad sea muy diferente de verano a invierno.

¿Sabías que…?

A pesar de su robusta apariencia, el Espigüete está hueco en su interior (como un queso suizo), donde existen enormes cañones con ríos y lagos subterráneos, simas de gran profundidad y cuevas que lo convierten en un auténtico tesoro para los espeleólogos.
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Ruta Espigüete

Lo primero y más importante es establecer la fecha del ascenso. Sin duda alguna, el mejor momento para ascender al Espigüete es en verano. Aún así, es una ascensión de cierta dificultad. Durante el invierno las pronunciadas aristas de la cara norte se convierten en auténticas trampas cubiertas de nieve y hielo que, en ocasiones, ni los más experimentados pueden sortear. Sin embargo, en verano siempre que se avance con prudencia y las condiciones meteorológicas sean favorables, se podrá alcanzar la cima sin inconveniente alguno.

Ascensión por la Pedrera Norte

En nuestra ascensión, realizada en el mes de septiembre, decidimos realizar la subida por la cara norte para, una vez en la cima, crestear e ir descendiendo de nuevo hacia el parking. Te contamos un poco más en detalle.

Comenzamos en el parking de la Cascada de Mazobres, en la carretera de conecta Puente Agudín con Cardaño de Arriba. Una vez equipados, indispensable para hacer cualquier ascensión, comenzamos el camino balizado hasta llegar a la Cascada de Mazobres y respirar allí unos minutos. No es necesario llegar hasta ella, ya que luego toca retroceder unos 200 metros, pero merece la pena.

Entre un pequeño escobal y un serpenteante sendero comienza la ascensión, que nos llevará hasta una zona completamente empedrada. Seguir esta pista es sencillo ya que está marcada continuamente por monolitos. Aun así, al final del artículo te dejamos el track para que puedas seguirlo sin problema alguno. Una vez pasada la sima al final del escobar, el cual debes bordear, toca enfilar la subida. Habrá momentos en los que tengas que emplear manos y pies para continuar subiendo, ya que la piedra se encuentra muy suelta y es inevitable resbalarse. A medida que ascendemos, la subida nos va llevando hacia la derecha para realizar el último tramo de subida. En ese giro tendrás que tener precaución, ya que deberás escalar una roca de unos dos metros de altura para poder continuar. Una vez superado, el terreno es mucho más sólido y la cima es inmediata.

Vistas del pantano de Riaño desde la cima del Espigüete

Por fin la cumbre. Vistas espectaculares desde el embalse de Riaño hasta el de Camporredondo y desde los Picos de Europa hasta la Montaña Palentina. Es momento de reponer fuerzas, descansar y disfrutar antes de emprender el descenso.

Es hora del descenso, para ello cresteamos hasta enfilar la bajada que nos deja en el parking. Hay que tener precaución con un par de trepadas. A lo largo de la jornada nos encontramos con varios aficionados realizando la ascensión y cada uno por un camino diferente. Son varias las opciones, la nuestra es una más. De hecho, son bastantes los montañeros que realizan esta ruta al revés. Aquí te dejamos el track

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