Sabores y tesoros del invierno en Palencia

Palencia en invierno se convierte en una oportunidad perfecta para redescubrir sus pueblos, sus tradiciones y los sabores de una tierra que sabe cuidar lo suyo

21 de marzo de 2025

Cuando el frío del invierno se instala en la meseta castellana, la provincia de Palencia invita a disfrutar de un sosegado turismo rural, sin prisas, acompañado del patrimonio cultural y de una exquisita gastronomía. En esta época, el turismo en Palencia en invierno se convierte en una oportunidad perfecta para redescubrir sus pueblos, sus tradiciones y los sabores de una tierra que sabe cuidar lo suyo.

A los amantes del slow tourism y el turismo de interior, el corazón de la ciudad ofrece la imponente Catedral de San Antolín que se erige como testigo de siglos de historia. Conocida como “la Bella Desconocida”, esta joya del gótico es una parada obligatoria para los visitantes que buscan empaparse del legado artístico y cultural de la provincia. Además, allí encontraremos la cripta de San Antolín, el único resto existente del primitivo templo visigótico construido en el siglo VII, aunque diversos historiadores creen que pudo ser incluso anterior.

No muy lejos, el Museo de Farmacia y Medicina de Palencia sorprende con su rica colección de instrumental médico y farmacéutico de distintas épocas. Y como no puede ser de otra forma, tampoco puede faltar un paseo bajo los soportales de la Calle Mayor de Palencia, combinando el comercio local con algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad.

Saliendo de la capital, encontramos al norte la comarca de la Montaña Palentina. Allí nos sorprenderá uno de los recursos turísticos más singulares: la Mina visitable y el Museo de la Minería de Barruelo de Santullán. Un recorrido por las entrañas de la tierra para conocer de primera mano la historia minera de la zona y el modo de vida de los hombres y mujeres que trabajaron en este duro oficio durante generaciones.

Por supuesto, la provincia de Palencia también es conocida por su inigualable gastronomía. El invierno invita a refugiarse en sus restaurantes para disfrutar de platos contundentes y llenos de sabor, ideales para combatir el frío.

El lechazo Asado, con Indicación Geográfica Protegida, es sin duda el rey de la mesa. Cocinado lentamente en horno de leña, este manjar es un homenaje a la tradición ganadera de la región y un imprescindible para quienes buscan una experiencia gastronómica auténtica. A su lado, el Queso Palentino, elaborado de forma artesanal con leche de oveja, sorprende por su sabor intenso y su textura inconfundible. Tampoco podemos olvidarnos de la Morcilla de Villada y de la Trucha del Pisuerga. 

Para los viajeros que deseen disfrutar de esta riqueza gastronómica con un enfoque responsable y sostenible, la plataforma Dónde Comer Sano se convierte en la mejor aliada. Esta guía de restaurantes en Castilla y León no solo ofrece una cuidada selección de establecimientos donde saborear lo mejor de la cocina local, sino que también apuesta por la sostenibilidad y el respeto al entorno. 

Este invierno, la invitación está hecha: adentrarse en Palencia para descubrir una experiencia única de turismo de interior, saborear sus tradiciones y apostar por un turismo más sostenible y auténtico.

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