Sábado Santo

El Sábado Santo está marcado por las procesiones en torno a la Virgen María. La Procesión Del Dolor tiene lugar en la tarde del Sábado Santo y es organizada por […]

05 de enero de 2018

El Sábado Santo está marcado por las procesiones en torno a la Virgen María. La Procesión Del Dolor tiene lugar en la tarde del Sábado Santo y es organizada por la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz de Palencia.

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Aunque es una procesión relativamente nueva, tiene sus orígenes en el discreto traslado de Nuestra Señora del Dolor, que se efectuaba antaño tras el Ofrecimiento a la Santísima Virgen desde la Iglesia Conventual de San Pablo al Monasterio de Nuestra Señora de la Piedad.

En la procesión, los hermanos acompañan en el dolor a su madre, como prolongación del Ofrecimiento del Dolor que previamente tiene lugar en la Iglesia Conventual de San Pablo, y en el que participan todas las asociaciones religiosas de la ciudad. Finalmente, se acaba integrando en la Procesión de la Soledad de la Virgen, que tiene lugar unas horas después.

En primer lugar, a primera hora de la tarde todas las parroquias, cofradías y demás asociaciones religiosas realizan una ofrenda floral a la imagen de Nuestra Señora del Dolor, durante la cual los hermanos rezan y acompañan a su madre en su soledad y dolor.

Tras el rezo, y cuando ya la tarde empieza a caer, parte del Palacio de hermanos de la Cofradía la procesión del dolor con la imagen de Nuestra Señora de la Vera Cruz, y se dirige hacia la Plaza Mayor para acompañar al resto de Cofradías, que esperan el comienzo de la Procesión de la Soledad de la Virgen, organizada por otra de las más antiguas cofradías de la ciudad: la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad.

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En la procesión figura únicamente la imagen de Nuestra Señora De La Vera Cruz, que es una talla de vestir realizada en 1997 por Melchor Gutiérrez. En esta tarde del Sábado Santo va vestida de riguroso luto, con una túnica negra, portando entre sus manos un rosario también negro y sin el palio con el que desfila el Jueves Santo.

La procesión de la Soledad de la Virgen es sin duda, una de las procesiones más peculiares de la Semana Santa palentina, y una de las más originales dentro de la semana santa en general. Se trata de una procesión organizada por la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, una de las cofradías más antiguas de la ciudad, y que intenta a través de este desfile, realizar un homenaje a todas las imágenes marianas de las distintas cofradías.

Los orígenes de esta procesión se remontan al año 1994, momento en el que la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad plantea el rendir un homenaje a la virgen María, dentro del ciclo de la semana santa palentina.

La procesión comienza en el atrio de la plaza de San Francisco, lugar donde la cofradía tiene su sede, y desde donde espera la presencia del resto de cofradías con sus imágenes marianas para que empiece la procesión.

Una vez que todas las cofradías con sus imágenes están situadas en la Plaza Mayor, la imagen de Nuestra Señora de la Soledad hace su aparición en la Plaza de San Francisco, avanzando lentamente hasta la Plaza Mayor, para dar comienzo así al recorrido.

Al finalizar la marcha todas las cofradías se dirigen otra vez hasta la plaza de San Francisco donde se canta la salve, para posteriormente resguardarse en su templo y dar por finalizada de esta forma la procesión, mientras suena la marcha real.

La imagen titular de la Cofradía es la de Nuestra Señora de la Soledad. Por lo que sabemos, la imagen debía de existir antes de 1657, fecha en la que surge la Cofradía y se comienza la construcción de la capilla en la que actualmente se alberga la imagen.

Se trata de una imagen de vestir que en la actualidad desfila en trono, bajo palio y con un gran manto de cola.

Es posiblemente una de las imágenes más veneradas y queridas en la ciudad de Palencia, ya que es la única de las cofradías penitenciales de la ciudad que mantiene su antiguo templo y sobretodo el culto diario a lo largo de todo el año.

En abril de 1931 estrenó el rico manto bordado en hilo de oro que le regaló doña Flora Germán García. Entonces un anónimo particular le regaló las andas de plata, que se complementaron con el palio que sufragó Don Agustín Tinajas, quien también le donó el traje de terciopelo negro. El ajuar de la imagen se enriqueció con un resplandor de piedras, regalo de Don Manuel Martínez de Azcoitia y un rosario de oro donado por Doña Martínez de Azcoitia Herrero.

A la imagen de Nuestra Señora de la Soledad también le acompañan en esta procesión las otras advocaciones marianas de las distintas hermandades que son las siguientes:

Nuestra Señora De La Vera Cruz, que se incorpora a esta procesión una vez finalizada la Procesión del Dolor; Nuestra Madre La Virgen De La Amargura, titular de la Cofradía de Jesús Nazareno, obra del escultor Víctor de los Ríos, realizada en madera de roble en 1955; La Virgen De Los Dolores, una talla de la Cofradía del Santo Sepulcro, realizada en 1906 por el escultor Vicente Espinet y por último, la imagen de Nuestra Madre Dolorosa, una obra moderna de la escuela de Olot fechada en el año 1935 y titular de la Cofradía Penitencial de Jesús Crucificado y Nuestra Madre Dolorosa.

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