Cineastas argentinos han coincidido este jueves en que todas las películas de directores de este país, tanto las políticas como las de cualquier otro tema, se juzgan bajo el prisma del peronismo, al tiempo que reconocen que todas las cintas de alguna manera tienen una posición política.
Varios directores argentinos han participado este jueves en la mesa redonda «Relatos salvajes, historias extraordinarias: dos décadas de cine argentino» en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), donde una pregunta del público ha generado el debate sobre cómo la crítica analiza las películas argentinas presuponiendo que defienden una posición respecto al peronismo.
«Para mí es imposible hacer una película sobre peronismo que no tenga una posición determinada», ha respondido el director Juan José Campanella, quien ha puntualizado que además «es muy difícil tener voluntad de dedicar varios años de tu vida a ese tema si no tienes una posición tomada».
El cineasta Mariano Llinás ha ido un paso más y ha puntualizado que en una película sobre cualquier otro tema también se va a decir que tiene una versión fijada sobre el peronismo «como si fuese una especie de pecado original de todas las películas de Argentina».
Llinás ha considerado que todas las películas «de alguna manera tienen impresa una posición política de la cual a veces son inocentes«.
La directora y actriz Romina Paula ha mencionado que existen proyectos que tienen una intención previa fijada pero acaban comunicando lo contrario, y aunque tenga un fondo político marcado antes de la realización, «si es mala consigue lo contrario».
La directora de «Las facultades», Eloisa Solaas, ha explicado que, aunque esta cinta no tiene un fin político, le prestó atención a este tema y aún así «había gente que la cuestionaba por exceso y otros por defecto».
Solaas ha abogado porque la política no aparezca en los filmes, no por falta de compromiso personal, si no porque no cree que sea un trabajo que tenga que hacer una película, pues en su caso considera más interesante las que «dejan más misterio sobre ese tema«.
En este sentido, Llinás ha expuesto que para él es «como un juego» y al hacer películas deja la posibilidad de que la audiencia entre en una especie de «ruleta de especulaciones», lo que confiesa que le divierte y le anima a trabajar en que esas lecturas que hace la crítica no sean evidentes y su militancia sea «secreta».
En el encuentro, que ha estado moderado por Álvaro Arroba y ha contado también con la presencia del cineasta Martín Rejtman, los directores han planteado la sucesión «cíclica» que ha vivido el cine independiente argentino en aspectos como la utilización de actores profesionales o los no profesionales.
También han hablado de aspectos concretos del cine argentino y la necesidad de una nueva ley audiovisual, pues la actual es de 1994 y desde entonces el cine ha avanzado en muchos factores y se han desarrollado otras plataformas. EFE
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